martes, 29 de noviembre de 2011

Frente Patriótico, 1996


La conformación del Frente Patriótico Nacional entre el PLD, el PRSC y otras agrupaciones políticas y de la comunidad civil revela claramente lo tratado entre el Dr. Balaguer y el PLD (encabezado éste por el Dr. Leonel Fernández) semanas antes de la primera vuelta electoral celebrada el 16 de mayo de 1996. Los argumentos de patriotismo y conservación de la dominicanidad que salieron a relucir durante el acto realizado en el Palacio de los Deportes del Centro Olímpico en la ciudad de Santo Domingo, el 2 de junio del presente año, son los mismos argumentos que fueron tratados en la reunión, pocos días antes del editorial publicado por el New York Times, editorial del cual el presidente Balaguer tenía pleno conocimiento.

Sosteníamos, para la fecha, que el Dr. Balaguer estaba enterado del mismo y que las razones para la reunión con el Dr. Leonel Fernández se enmarcaban en buscar una salida a la campaña internacional que realizaba en esos momentos el candidato por el PRD, Dr. José Francisco Peña Gómez, "coincidencialmente" de visita en la ciudad de Nueva York, de denuncias de fraude por parte del Dr. Balaguer y de no reconocimiento al sitial que ocupaba el candidato del PLD en las simpatías del electorado dominicano.
En el acto, en el cual se formaliza el Frente Patriótico Nacional, los argumentos fueron tergiversados por el doctor Balaguer, quien alerta, en forma desconsiderada, del "peligro que representa para el país" un triunfo del Dr. Peña Gómez y su "cordón umbilical" con la nación haitiana.
De forma fortuita o no el PLD se dejó arrastrar, producto del populismo en que se sumergió para esta decisión electoral; pero más desacertada aún fue la presencia en el acto del profesor Juan Bosch, presencia que, al igual que la conformación misma del Frente Patriótico, era totalmente innecesaria.
El 2 de junio marca la época más triste para los que hemos seguido por convicción ideológica al profesor Juan Bosch y sus teorías políticas, independientemente del "período de transición" que al margen de toda planificación brindó el triunfo al PRD en las elecciones de 1962 y de las alianzas de los partidos de vanguardia con las derechas, tal como lo muestra la historia universal; independientemente del éxito de Fidel Castro en su ascenso al poder en Cuba o de la forma en que José Stalin ocupó la Secretaría General del Partido Comunista de la Unión Soviética.
La presencia de Bosch y la formación del Frente Patriótico no eran necesarias, sobre todo después de los resultados de la primera vuelta, de la cual el PLD salió fortalecido. La inercia misma y la conformación de clases de la sociedad dominicana harían que la mayoría -de los reformistas y de los que se abstuvieron de votar en la primera vuelta-, votara por el PLD en la segunda. Sólo había que recuperar el discurso de la liberación nacional, de la dignidad, de la honestidad y de la capacidad de trabajo de los peledeístas, a la vez que, con argumentos contundentes, enfocados desde el punto de vista político, se minaba la figura política del Dr. Peña Gómez y sus alianzas con Alvarez Bogaert, Elías Wessin y Wessin, Ramón Emilio Jiménez hijo y el Partido Nacional de Veteranos Civiles. Además, mostrar al pueblo dominicano los "tratos" permanentes del Dr. Peña Gómez con el imperialismo norteamericano, la estrecha relación con los gobiernos de Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco y su defensa a los corruptos de esos ocho años, que serían los mismos que le acompañarían en una gestión de gobierno de salir airoso en la presente contienda.
Aunque no validamos las encuestas, y mucho menos la ofrecida por la Gallup para la primera semana de junio en que otorgaba al PLD cerca del 55% y al PRD cerca del 45% (encuesta ofrecida en esta forma para luego, después de la formación del Frente Patriótico, presentar al PLD con un 1% por encima del PRD ‑virtualmente empates‑), era evidente que después de la primera vuelta el Dr. Leonel Fernández estaría a la cabeza en la simpatía de los votantes.

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